Me maldigo a mi mismo... por no saber afrontar una simple conversación que tienen a diario miles de personas. Yo soy más de pedir sentido común a base de arrillonarme y perder 7 kilos en un mes (ya querrían algunas)... antídoto de adelgazamiento:
1era semana: hacer favores pensando en que la compensación económica y de descansa será proporcionada.
2ª semana: hacer favores a los compañeros que compartieron contigo horas extras.
3ª semana: esperar mientras sigues haciendo horas, que alguien se de cuenta y para esta sangría.
4ª semana: llegar a un estado de ansiedad tal, que no te salen las palabras y para aliviarlo, sólo haces que currar y currar... con la falsa esperanza de que alguien se de cuenta de tu mal estado físico y pare esto.
Conclusión. No sé lo que haré mañana. Está visto que consuelo no hay. Ni compensación económica ni ostias. Tengo ya tan hervida la sangre que te dan ganas de explotar... yo no sé decir, después de decirlo uno de los jefes (sino no hay mucho, mándale para casa pronto), después de acariciar la esperanza de descansar o por lo menos acariciar la sensatez de las personas, el sentido común que había brotado como por arte de magia... que venga el otro y se invente el trabajo, para no hacerlo él. Y encima, hacerlo de puta madre.
Ya desvarío... es el dolor de espalda que me sube a la neurona.
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