Atraer la calma cuando
todo tu cuerpo desprende
un aroma a cansado es dificil...
Para descender al cielo
debo ubicar mi mente
allá donde los sueños
hablan en ese idioma
tan lascivo y apasionado
como el que sale de tus labios...
Allí y sólo allí,
encontraré el nido, el cobijo
necesario para auyentar
ese veneno que me carcome.
Tú y sólo tú
arrancas el aguijón
que enmudece mi mente...
Tu belleza alcanza a superar
al cruel destino
que se apoderó de mí
en otra lengua...
indescifrable
sino es a tu lado.
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